LA GUERRA GRANDE
Paraguay, separado de la Junta de Buenos Aires en 1811, fue gobernado desde 1814 por el dictador José Rodríguez de Francia. El Doctor Francia mantuvo a su país bajo un duro régimen que limitó la libertad comercio y la propiedad privada, pero que también lo alejó de las guerras civiles que desangraban a sus vecinos y le permitió alcanzar una cierta prosperidad.
Con la muerte de “El Supremo”, asumirá el poder Carlos Antonio López. López mantendrá la política proteccionista de se antecesor, pero impulsará también la modernización del país. Durante su presidencia, el Paraguay adquirió su propia flota fluvial y naval, construyó su primer ferrocarril y línea de telégrafos, tuvo fundiciones de hierro, fábrica de armas y pólvora; todo con capitales propios. López también impulsó la educación, introduciendo técnicos extranjeros, fomentando la educación secundaria y terciaria y fundando más de 400 escuelas. La población paraguaya aumentó significativamente durante este período (aunque las fuentes difieren en el número), pasando de aproximadamente 220.000 habitantes en 1840, a unos 400.000 en 1862.
Tras la muerte de Antonio López, asumirá el poder su hijo: Francisco Solano López, quien se encargará de preparar a su país para un enfrentamiento militar con sus poderosos vecinos: Brasil y Argentina. Paraguay contaba al iniciarse el conflicto con un ejército de 60.000 hombres, varias fortificaciones y una flota de guerra de quince buques, su población rondaba los 450.000 habitantes. Los brasileños, con una población de 8.000.000 de personas, tenían un ejército formado por unos 30.000 soldados y una poderosa flota de 17 navíos. La Argentina, por su parte, disponía de un ejército permanente de 8.500 soldados y 1.200.000 habitantes.
En 1863, el jefe del partido colorado oriental, Venancio Flores, invadió el Uruguay con el apoyo de argentinos y brasileños. Este hecho, motivaría la protesta del presidente del Paraguay Bartolomé Mitre que aseguraría a éste la total neutralidad del gobierno argentino. Sin embargo, la prensa porteña: El Nacional, dirigido por Domingo F. Sarmiento y La Nación, fundado por el propio Mitre; no dejarían de apoyar el movimiento de los colorados orientales y de fustigar al gobierno paraguayo y a su pueblo. El 12 de octubre de 1864, el ejército brasileño invadió el Uruguay en apoyo de Flores. Estalló entonces la guerra cuando Paraguay apresó un buque brasileño e inició la invasión del Matto Grosso con una fuerza de 3.000 hombres. Las fuerzas brasileñas y los colorados rodearon y bombardearon por un mes Paysandú, defendida apenas por mil hombres. Tras su caída y el fusilamiento de Leandro Gómez y los principales jefes de la defensa, se levantarían muchas voces en contra del conflicto. El gobierno blanco uruguayo caería finalmente en Montevideo ante las fuerzas brasileñas, en febrero de 1865.
Durante esta etapa, el gobierno de Mitre mantuvo su simulada neutralidad, negando a Francisco S. López la autorización para atravesar suelo argentino para atacar las fuerzas brasileñas en territorio Oriental. Sin embargo, autorizó a la flota brasileña la libre navegación de sus ríos. Ante la negativa, López declaró la guerra a la Argentina, el 19 de marzo de 1865. El 14 de abril de ese año, las fuerzas paraguayas invadieron la provincia de Corrientes y tomaron (sin resistencia alguna) la ciudad capital.
El 1º de mayo de ese año, reunidos en Buenos Aires, los representantes de los gobiernos de Argentina, Brasil y Uruguay firmaron el tratado secreto conocido como “La Triple Alianza”. En el mismo se estableció de común acuerdo:
- Establecer una alianza ofensiva y defensiva contra Paraguay.
- Otorgar el mando del ejército aliado a Bartolomé Mitre ( reemplazado por el Marqués de Caxias luego del desastre de Curupaity)
- No deponer las armas ni firmar la paz por separado.
- Que la guerra se hacía contra el gobierno paraguayo ni no contra su pueblo.
- Que se respetaría la independencia y soberanía del territorio paraguayo.
- Que se aseguraría la libre navegación de los ríos Paraná y Paraguay.
- Que Paraguay debería encargarse de los gastos originados por el conflicto y debería abonar las correspondientes indemnizaciones de guerra a los vencedores.
- Los límites de paraguay. En el caso argentino, los establecía en los ríos Paraná y Paraguay.
La guerra no fue popular en las provincias argentinas y se debió recurrir a los alistamientos forzados. Muchos se sublevaron o escaparon a la leva, ya que consideraban al Paraguay un país hermano y a la guerra como fraticida. Otros llegaron encadenados al campo de batalla. Alberdi, desde el exterior, criticó fuertemente el tratado de la Triple Alianza, llamándola “La Triple Infamia”.
En enero de 1869, los aliados entraron en Asunción. A partir de allí la guerra sería continuada principalmente por los brasileños. Finalmente, el 1º de marzo de 1870 el presidente López sería asesinado en Cerro Corá y el conflicto llegaría a su fin. Tras cinco años de guerra, Paraguay perdería 154.000 km de territorio y su población reducida a 160.000 personas, entre los que no más de 28.000 eran hombres. Se cree que entre el 60 y el 70 por ciento de sus habitantes fallecieron durante la guerra o en los años posteriores, ya que el aparato productivo del país quedó destruido y su población fue azotada por el hambre, la debilidad y las enfermedades. Esto representa sin duda un verdadero genocidio, todavía no aceptado del todo por los historiadores.
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