LA BATALLA DE CASEROS

Cuando parecía que el dominio de Rosas era completo, se manifestaron nuevos factores que configuraron la última reacción contra El Restaurador.



En Montevideo se mantenía la resistencia contra el ejército de Oribe. Brasil no veía con agrado a Rosas y temía un intento de este por expandirse a su territorio, además el imperio necesitaba el levantamiento del sitio y la libre navegación de los ríos. También Paraguay se veía afectado por el bloqueo de los ríos. La provincia de Entre Ríos había prosperado bajo el gobierno de Urquiza, disponía de una buena fuerza militar y ganadería abundante, los grandes ríos significaban eficaces barreras defensivas y toda su población apta se hallaba lista para acudir al primer llamado del gobernador con sus armas, su indumentaria y sus caballos. Urquiza contaba en Entre Ríos con 10.000 combatientes, corrientes podía ofrecer unos 5.000 lanceros. Estas fuerzas, no eran suficiente para vencer a Rosas, de modo que para operar con éxito era necesario el auxilio de Brasil y de su escuadra.

Las Fuerzas de Rosas
Pero Rosas era una potencia militar, Buenos Aires era el estado más rico de la Confederación, contaba con el monopolio del comercio exterior y controlaba la navegación de los ríos interiores. El ejército de Oribe sumaba 14.000 hombres, y entre Santos Lugares y Palermo reunía un ejército de 12.000 que defendía la capital. Los dos núcleos disponían de tropas aguerridas, tropas que podían ser aumentadas con 24.000 hombres de las milicias de las provincias.

El pronunciamiento de Urquiza
Urquiza tomó la decisión de oponerse a Rosas, para ello se alió primero con Corrientes, de larga tradición al respecto. También hizo llegar a la ciudad sitiada a un hombre de su confianza que se pondría en contacto también con los brasileños. Las conversaciones fueron satisfactorias. El tratado de alianza con Uruguay y con Brasil se firmó el 29 de mayo de 1851.

El 5 de enero de 1851 apareció en el periódico La Regeneración una nota en la que se anunciaba a ese año como el de la organización. Al tener Buenos Aires conocimiento del pronunciamiento de Urquiza la hostilidad fue general. Se agregó a todos los documentos el nuevo lema “muera el loco traidor, salvaje unitario Urquiza”. Entre las provincias, sólo Corrientes acudió al llamado de Entre Ríos, los demás apoyaron a Rosas de palabra, aunque en el momento de la lucha no dieron las mismas muestras de apoyo. Rosas decidió enfrentarse a Urquiza y retiró el 20 de setiembre su última renuncia de la legislatura porteña.

La campaña se inicia
Para Urquiza, la primera acción a realizar era el desalojo de Oribe de Montevideo. El ejército entrerriano-correntino se puso en marcha en secreto. En julio Urquiza, con 8.000 hombres, Oribe se vio rodeado por enemigos y decidió negociar con Urquiza la capitulación. El ejército brasileño, con sus 20.000 hombres, llegó en octubre al Uruguay y a fines de ese mes se inició el traslado a Diamante donde se reuniría el ejército aliado. Jamás se había reunido en un escenario sudamericano un ejército tan grande, 27.800 hombres con 50.000 caballos.
Cuatro meses tuvo Rosas después de la capitulación de Oribe para poner en práctica planes ofensivos y entorpecer así los movimientos de Urquiza. Pero no pudo o no quiso aprovechar sus ventajas y permaneció inactivo. A fines de diciembre de ese año inició Urquiza el paso del Paraná sin encontrar resistencia en Santa Fe. El cruce de todo el ejército duró trece días.

La batalla de Caseros
El avance del ejército Grande no era sencillo, la tierra estaba reseca debido a una larga sequía y era pleno verano, los rosistas, además, incendiaban los campos y arreaban el ganado para no dejar nada a los invasores. Los breves encuentros de resistencia fueron favorables a Urquiza que obligaba a los rosistas a retirarse hacia Buenos Aires. Pero las masas seguían siendo fieles a Rosas y creían aún en su triunfo final. El coronel Hilario Lagos al frente de 7.000 jinetes se encargó de hostigar al enemigo, el general Pacheco, se instaló con sus 6.000 hombres en Mercedes. Pero ambos tenían orden de retirarse sin dar una batalla definitiva. Rosas esperaba cerca de Buenos Aires con el grueso de las tropas, evidenciando una cierta desconfianza hacia sus subalternos. Urquiza, dirigió a Pacheco varias cartas amistosas que llegaron a Rosas y lo hicieron entrar en sospechas. Pacheco presentó su renuncia, pero Rosas no la aceptó.
Durante enero de 1852 se concentraron en Santos Lugares todas las fuerzas rosistas. El 2 de febrero el Ejército Grande cruzó el río de las Conchas y divisó al ejército de Rosas en Caseros. Una vez cruzado el arroyo Morón se preparó para la lucha: 24.000 hombres. Rosas disponía de 23.000. la batalla se inició en la mañana del 3 de febrero resultando Rosas totalmente vencido. Rosas volvió a Buenos Aires, se dirigió a casa del ministro inglés Mr. Gore y con su ayuda y custodiado por marinos ingleses embarcó junto a sus hijos rumbo a Inglaterra donde murió a los 83 años de edad.





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