LA CRECIENTE FÉRTIL
Los primeros asentamientos humanos estables surgieron en la Mesopotamia asiática, entre los cursos inferiores de los ríos Tigris y Eúfrates, unos 9000 años antes de Cristo. En esta desértica región que el arqueólogo James Henry Breasted bautizaría con el nombre de Creciente Fértil, donde el único recurso valioso es el suelo, la utilización inteligente de los ríos permitió el desarrollo de la agricultura y el surgimiento de la primera civilización.
La Mesopotamia es una gran llanura de sedimentación extremadamente plana donde las periódicas inundaciones del Tigris y el Eúfrates han depositado sus limos durante miles de años. La sequedad del clima hace imposible el desarrollo de la agricultura, pero los primitivos habitantes desarrollaron un sistemas de zanjas y esclusas para llevar el riego a los campos y cultivar cebada, trigo o árboles frutales por primera vez. De esta forma, el hombre pudo dejar su nomadismo, asentarse definitivamente en un lugar, construir sus casas de barro y almacenar el suficiente alimento para pasar el invierno.
El Tigris y el Eúfrates se caracterizan por ser ríos de llanura de curso lento y cambiante y, como el Nilo en Egipto, sufren anuales inundaciones. Pero, mientras que el Nilo crece durante la época propicia, los ríos de la Mesopotamia lo hacen entre abril y mayo, época cuando comenzaba la cosecha. El Tigris mantenía siempre un curso más o menos estable, pero el Eúfrates cambiaba constantemente de canal amenazando a aquellos asentamientos que se ubicaban en los cursos abandonados. Además, si las inundaciones eran prolongadas, podía causar la salinización del suelo y la pérdida de fertilidad.
Hacia el sur, la presencia de pantanos permanentes y temporarios obligó a los mesopotámicos a drenarlos para poder desarrollar la agricultura. Además, los pantanos proveían otros recursos valiosos como huevos, aves, tortugas y peces que formaron parte de la dieta. Fuera del área de riego, la sequedad del clima hacía imposible el cultivo y sólo era viable la cría de ovejas y cabras.
El clima de la Mesopotamia se caracteriza por poseer un verano seco y ardiente donde son comunes las tormentas de arena y polvo, y un invierno con lluvias esporádicas, aveces torrenciales. Era en esta época durante la cual se realizaba los cultivos. En las regiones circundantes, en cambio, la presencia de montañas y sierras que condensan una mayor cantidad de humedad permiten el desarrollo de bosques desde donde los mesopotámicos obtenían valiosas maderas.
La llanura mesopotámica carecía totalmente de árboles y piedras que pudieran ser utilizados para la construcción, objetos que podían ser obtenidos mediante el comercio. Además, los mesopotámicos adquirían también obsidiana, cobre y estaño (para la fabricación de bronce), oro, plata y muchos otros recursos que eran transportados desde Anatolia por medio del Eúfrates.
La Creciente Fértil |
Hacia el 3000 antes de Cristo, los asentamientos crecieron lo suficiente para transformarse en las primeras ciudades. Una docena de estados independientes centrados en la Ciudad-estado compuesta por un centro urbano centralizado en el Templo representado por el Zigurat dedicado al dios particular de la ciudad y rodeado por las tierras arables.
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