CUBA: AZÚCAR Y REVOLUCIÓN

Según la tradición, fue Cristóbal Colón quien es su segundo viaje introdujo por primera vez la caña de azúcar en Cuba.

El cultivo se difundió paulatinamente por el centro de la isla, atendido por los nativos que rápidamente se convirtieron en esclavos. Pero la población indígena pronto sucumbió bajo los azotes, el trabajo duro o las nuevas enfermedades traídas por los blancos y fue necesario su reemplazo por esclavos negros africanos que se incorporaron a la economía de plantaciones controlada por los españoles.

Para el siglo XIX, Cuba producía un tercio del azúcar mundial, esto atrajo la atención de inversores norteamericanos que comenzaron a tomar control de la producción. En 1868 la primera guerra de independencia dejó en la ruina a los productores españoles que vendieron sus propiedades a los americanos a bajo precio. Para 1890 el 90 por ciento de la tierra cultivable estaba en manos de propietarios del país del norte. En 1895 comenzó la segunda guerra de independencia, liderada por el poeta José Martí. En febrero de 1898, la explosión del buque de guerra Maine en el puerto de La Habana, les dio a los americanos la excusa perfecta para declarar la guerra a España que terminó rápidamente con la derrota del país europeo. Desde 1898 los norteamericanos ocuparon la isla y en 1902 declararon la independencia e impusieron una constitución, reservándose el derecho de intervenir cuando fuera necesario para proteger sus intereses. También dispusieron la creación de la base militar de Guantánamo.

Durante las siguientes décadas Cuba exportó tabaco y azúcar a Estados Unidos que se convirtió en su principal socio comercial. En la década de 1950 mientras explotaba el turismo, los casinos y la prostitución; gran parte del pueblo sufría el desempleo y la pobreza. En 1952, el ex presidente Fulgencio Batista tomó el poder por la fuerza e impuso un duro régimen represivo. En 1953, el joven abogado Fidel Castro encabezó un ataque contra el cuartel de La Moncada, en Santiago de Cuba, para obtener armas con que oponerse al régimen de Batista. El ataque fracasó y Castro sería capturado y condenado a quince años de prisión.

Sin embargo, en 1955, el gobierno cubano liberó a Castro que pronto huyó a México donde se uniría al movimiento revolucionario “26 de Julio” y conocería a Camilo Cienfuegos y al médico argentino Ernesto “Che” Guevara. Junto a ellos y un puñado de hombres, iniciará en 1956 la invasión de su país y una guerra de guerrillas que paulatinamente fue ganándose la simpatía del pueblo cubano. Para año nuevo de 1959, viéndose perdido, Batista huyó de Cuba, dejando el poder en manos de los revolucionarios.

Desde 1960, la isla sufre del bloqueo comercial impuesto por los Estados Unidos. El gobierno de Fidel Castro nacionalizó casi todas las industrias y el 75 por ciento de los terrenos agrícolas. El duro bloqueo americano era soportado con la ayuda financiera de la Unión Soviética que además proveía a la isla de los necesarios combustibles. Pero en la década de 1990, la caída del bloque soviético dejó a Cuba sin ayuda monetaria. Esto obligó al gobierno revolucionario a introducir algunas reformas como la apertura al turismo internacional y la inversión extranjera, la legalización del dólar y el cuentapropismo. Entonces, el 90 por ciento de las exportaciones estaban compuestas de azúcar y sus derivados.


Sin embargo, durante los 90’ y la década siguiente, la producción azucarera comenzó a decaer arrastrada por un descenso de los precios internacionales y el deterioro de la infraestructura cubana. Para 2003 la producción, que era de 58 millones de tns. en 1989, había caído a 34 millones de tns. Esto, sumado al aumento del precio del petróleo, arrastró a Cuba a una nueva crisis económica. Hoy el turismo ha superado al azúcar como fuente de ingresos, mientras que el dinero enviado por los exiliados (especialmente en Estados Unidos) suma entre 800 y 1000 millones de dólares anuales y se han convertido en una importante ayuda a la economía cubana.
imágen: LIFE

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