AGRICULTURIZACIÓN PAMPEANA

A partir de la década de 1970, la llanura pampeana ha sufrido un proceso de transformación que implica un avance de la agricultura sobre las demás actividades productivas y la creciente expansión del cultivo de soja, asociada a la introducción de novedades tecnológicas y destinada principalmente a los mercados globales.

Tradicionalmente, la región pampeana se especializó en la producción agropecuaria. Hasta la década de 1930 la expansión agrícola se llevó adelante sobre nuevas tierras que se incorporaron al sistema extensivo de producción donde se combinaba la rotación de cereales con forrajeras que facilitaban la producción ganadera. En los últimos años se ha acelerado el avance de la soja sobre los cultivos tradicionales pampeanos y la ganadería. Impulsada por los precios internacionales y la demanda externa, la sojización pampeana implica la introducción de un nuevo sistema de producción que incluye la implementación de nuevas tecnologías como la siembra directa y el uso intensivo de agroquímicos: pesticidas, herbicidas y fertilizantes.

La monoproducción sojera logró un impulso significativo en 1996, cuando la agricultura pampeana incorporó el uso de semillas transgénicas asociadas al empleo del herbicida glifosato. El sistema soja-soja agota rápidamente el suelo al absorber una mayor cantidad de nutrientes que se exportan junto con los granos a los mercados mundiales y producen un déficit que debe ser subsanado con el empleo de productos químicos que se importan a altos costos. Así, el suelo pampeano, considerado por generaciones como inagotable, es hoy un recurso en peligro. Las áreas ganaderas de cría e invernada son incorporadas también al proceso de agriculturización, en los últimos años, más de 5 millones de hectáreas ganaderas han pasado a ser cultivadas con soja. La ganadería extensiva se deja de lado por un modelo de producción intensivo con uso de alimentos concentrados y forrajes.

Pese a la creciente utilización de compuestos nitrogenados y fosforados, no todos los nutrientes pueden ser recuperados. El uso de la siembra directa, aunque reduce los riesgos de erosión hídrica y eólica, precisa de la utilización de herbicidas, que dejan escasos rastrojos para favorecer la recuperación de minerales, y de fertilizantes que se incorporan a las napas freáticas y contaminan los acuíferos pampeanos. La soja, cuyo foco de expansión es la pampa ondulada, se extiende hoy hacia el sur de la provincia de Buenos Aires y hacia el oeste de la región pampeana, a áreas más secas, con suelos de menor contenido de materia orgánica, en ambientes más frágiles. El precio de la tierra aumenta a costa de la degradación del ambiente y la pérdida de la biodiversidad.
imágen: INTA. Muchas más en http://www.inta.gov.ar/

Comentarios

Unknown ha dicho que…
lo que no entiendo, es en que consiste este proceso, los pasos

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