BIOCOMBUSTIBLES Y ALIMENTOS
fuente: UNICA - Unión Industrial de la Caña de Azúcar- Brasil |
fuente: UNICA |
En 2007, los biocombustibles
representaban solo el 0,36% del consumo mundial de energía. Para
lograr está proporción, Estados Unidos tuvo que utilizar el 23 por
ciento de sus granos gruesos y la Unión Europea cerca del 47 por
ciento de su producción de aceite vegetal. La Academia de Ciencias
de Estados Unidos ha estimado que aún si todo el maíz y la soja se
utilizaran para producir etanol en Estados Unidos, solo reemplazaría
el 12 % de la demanda total de gasolina del país.
El uso de biocombustibles representa
una pequeña parte del consumo total de energía y aún así la
demanda de tierras agrícolas para este fin ha afectado seriamente la
producción de alimentos, además, cualquier desviación en el uso de
la tierra o producción de energía a partir de biomasa influye en el
precio de los alimentos.
Para la FAO, el impacto sobre los
precios de los alimentos y la seguridad alimentaria mundial es alto.
Aún antes del aumento de los precios, 850 millones de personas
sufrían hambre por no tener acceso económico o físico a los
alimentos. En
países en desarrollo, una familia puede gastar entre el 60 y 80 por
ciento de sus ingresos en alimentos. Para ellos, el incremento es
dramático.
Flex-fuel concept car de Fiat El Multipla Multi-Eco fuente: www. Fiat.es |
El caso de mayor éxito en la
producción de biocombustibles es el de Brasil, el país que más ha
avanzado en la elaboración de etanol en base a la caña de azúcar.
Dos décadas atrás, Brasil desreguló la industria azucarera y la
producción creció rápidamente.
La mayor parte de la caña se cultiva
en grandes propiedades y con medios mecanizados en la región
central. En los últimos años, la producción se duplicó gracias a
los nuevos vehículos flexibles, capaces de funcional con etanol o
gasolina. Más de la mitad de los autos brasileños tienen este tipo
de motor y el 90 % de los nuevos autos se fabrican con esta
tecnología.
Producción global y uso de etanol desde 2000 |
El etanol es hoy para Brasil la más
importante fuente de energía luego del petróleo y el 75 por ciento
todavía se consume dentro del país. Brasil exporta parte de su
producción a Estados Unidos, Japón y Europa, pero las barreras
arancelarias han limitado estas ventas. Esto se debe a que estos
países lo ven como un commodity agrícola y protegen a sus
productores. Por eso, los productores brasileños dependen del
mercado interno y de Petrobras que es a la vez su mayor cliente y
competidor.
Existe mucho debate sobre el impacto
real del etanol sobre el medioambiente. En 2010, la U.S.
Environmental Protection Agency declaró al etanol de caña de azúcar
como un “biocombustible de avanzada”, con emisiones de gas
invernadero un 61 por ciento más bajas que los combustibles fósiles.
Pero no todos están de acuerdo y acusan a la caña de desplazar a
otros cultivos, especialmente soja, hacia las áreas cubiertas por el
bosque tropical amazónico, que es entonces deforestado en un efecto
dominó. La Unión Europea considera el impacto ambiental como una
razón para limitar el acceso de etanol brasileño a sus mercados, lo
que es para este país una medida proteccionista que podría ser
denunciada en la OMC.
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