CINCO INVENTOS PARA UNA REVOLUCIÓN

En 1733, el inventor inglés John Kay patentó su nueva máquina tejedora: la Flying Shuttle, que aceleró significativamente la producción y desencadenó la revolución industrial.

Sin embargo, los tejedores manuales no apreciaron el nuevo invento porque pensaron que podría robarles sus empleos. Por ello, hubo revueltas que trataron de destruirlo y Kay tuvo que huir a Francia, donde moriría en la pobreza.

Al acelerar el proceso del tejido, resultó evidente la carencia de hilo de algodón para abastecer a los tejedores del sistema doméstico. Como fruto de esta necesidad surgió un nuevo invento: la Spinning Jenny, de James Hargreaves. La nueva máquina construida en 1764, podía hilar ocho o diez hebras simultáneamente y acelerar así significativamente el proceso. Pero nuevamente la innovación fue vista como una amenaza por los hiladores locales que se enfadaron con el inventor y destruyeron su trabajo. Hargreaves también tuvo que huir, mudándose a Nottingham, donde obtuvo su patente en 1770. Pronto su idea sería robada y moriría en la pobreza. La Spinning Jenny no solo aceleró el hilado realizando el trabajo de 20 personas, sino que también mejoró significativamente la calidad del producto. Esta máquina representó el inicio del trabajo infantil, ya que era mejor operada por personas jóvenes.

El siguiente invento fue el de Richard Arkwright : la Water Frame. A Arkwright, un barbero que se dedicaba a fabricar y teñir pelucas, se le ocurrió un nuevo método de hilar. Esta máquina, basada en la Spinning Jenny, impulsada al principio por agua y patentada en 1769, permitiría obtener hebras de algodón lo suficientemente fuertes como para poder por primera vez producir prendas enteramente hechas de algodón. Pocos beneficios recibió al principio su inventor, que gastó casi todos sus ahorros en el desarrollo de este proyecto; hasta que logró convertirse en uno de los hiladores de algodón más importantes de Gran Bretaña, al punto que controló por varios años el precio de esta materia prima.

Samuel Crompton fue el inventor de un híbrido: The Mule, que combinó en una sola máquina la Jenny y la Water Frame. La Mula de Crompton permitió producir hilos lo suficientemente finos como para romper el monopolio que mantenían los tejidos importados desde la India. Apenas terminada, en 1779, estallaron nuevamente disturbios de aquellos que veían a esta nueva máquina como una amenaza para sus puestos de trabajo. Crompton escondió su invento en el altillo de su casa y sufrió constantes intentos de burlar su secreto hasta que hizo público su máquina al prometerles sus colegas pagarle por su uso. Recibiría apenas 60 libras de sus pares, auque más tarde el Parlamento inglés le otorgaría 5.000, al quedar demostrado el generalizado uso de su Mula.



Ahora era posible hilar y tejer algodón de calidad en las nacientes fábricas inglesas. Pero la materia prima era importada desde Asia y las Indias Orientales. En Estados Unidos, el tipo de algodón de fibra corta hacía del proceso de separar las semillas una tarea ardua, manual y que encarecía significativamente el producto. La tarea era hecha por los esclavos negros, por la noche, cuando ya habían terminado sus tareas diurnas en los campos. Faltaba entonces una máquina que realizara en forma efectiva este trabajo. Eli Whitney fue el inventor que cubrió esta necesidad y ayudó a fundar la industria del algodón moderna. Patentada en Massachussets en 1793, la Cotton Gin hizo tan barato al algodón, que pronto reemplazó al lino en la industria textil. Sin embargo, también incrementó el uso de esclavos negros como mano de obra en el sur de Estados Unidos cuestión que ,eventualmente, llevaría a la Guerra Civil norteamericana.


imagen: LIFE

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