LA GANADERIA OVINA EN LA ARGENTINA


imagen: SENASA. En http://www.senasa.gob.ar
Los primeros ovinos fueron introducidos a la Argentina desde en el siglo XVI. A partir del siglo XIX, comienza a incentivarse la actividad con las graserías que se instalan junto a los saladeros para alimentar la fabricación de jabones y velas. Con el tiempo las mejoras incluyen el alambrado de los campos, la introducción de aguadas artificiales y un proceso de mestización que sustituyó al ganado criollo, inaceptable en el mercado europeo, por un animal de calidad. Con los merinos españoles, Negretti de Alemania y Rambouillet de Francia se da origen al Merino Argentino. Posteriormente, para abastecer los frigorífico se introducen las razas inglesas. Lincoln y Rommey Marsh, Hampshire Down, Oxford Down, Shropshire Down y South Down y finalmente, en 1931, la Corriedale.

El auge de la revolución industrial y la necesidad de materias primas demandó una lana fina que los pastos tiernos de la provincia de Buenos Aires proporcionó. La rentabilidad creciente alentó el incremento del stock que pasó de 15 millones en 1852 a 58 millones en 1881 y a 108 millones en 1886. Hasta 1870 las exportaciones lanares superaban a las de carne, pero las crisis sucesivas, terminando en la de 1873, afectan al mercado internacional y la exportación se contrae hasta un 50 por ciento. Los progresos en la tecnología del frío comienzan a dar sus frutos en 1883 cuando se instala el primer frigorífico y la carne ovina supera a la vacuna en producción, el ganado mayor es desplazado hacia el oeste y sur del país.

El número de cabezas comenzó a declinas luego de los “años de oro”. A partir de 1963, llegando a 1980 con unas 28 millones de cabezas. Esto este proceso se debió a una serie de factores como son las crisis económicas internacionales y a la prohibición por parte del Reino Unido al ingreso tanto de lana como de carne argentinas. La crisi ovina de la década de 1990 debido principalmente a la caída de los precios internacionales determinó una caída de los stocks en todo el mundo a ello se sumó la competencia de actividades más rentables en el área pampeana y a la debil paridad cambiaria. A estos factores se sumaron el proceso de desertificación, la erupción del volcán Hudson en 1991, las nevadas intensas de 1994 y 1995 y el fracaso de las políticas nacionales.

Argentina cuenta actualmente con unas 15 millones de cabezas que son producidas por unos 80 mil productores distribuidos en 2 grandes regiones: la Patagónica y la Extrapatagónica. La región Patagónica alberga dos terceras partes del rebaño. Se trata de una extensa región de 787.000 km² donde la producción se desarrolla en forma extensiva con pastos naturales a una capacidad de carga de 1 ovino por hectáreas. El número de ovinos depende de las limitaciones regionales en cuanto a disponibilidad de pastos, el clima, fenómenos naturales como es el caso de las erupciones volcánicas y del proceso de desertificación. Fenómenos que tienen un profundo efecto en una región donde la ganadería ovina es una de las actividades más importantes. La región extrapatagónica abarca principalmente la provincia de Buenos Aires y la Mesopotamia. Allí el número depende fuertemente de la rentabilidad respecto de otras actividades. La mayor parte de lo rebaños son inferiores a los 100 animales y se orientan principalmente al consumo.

En la producción lanar, la esquila se realiza una vez al año a partir del primer año de vida. Normalmente se realiza a fines del invierno o a comienzos de la primavera. El proceso es mecánico y el vellón es lavado y clasificado antes de ser enfardado en paquetes de 20 kg. En 2011 la producción era de unas 44.ooo toneladas. Aunque este número ha fluctuado fuertemente debido a la sequía y las erupciones en la Patagonia. La lana es exportada principalmente a Europa China, Turquía y México.


En la producción de carne, los corderos nacen en primavera y antes del invierno siguiente se carnean los sobrantes y los animales de dentadura gastada. Un animal aducto aporta unos 50 o 60 kilogramos de carne. En 2011 la producción de carne era de 55.700 tn y casi la totalidad se consume en el país. El argentino consume apenas 1,3 kg de carne de cordero por persona. El remanente exportable tiene como destino principal Europa y proviene principalmente de la Patagonia. La Unión Europea adjudicó a la Argentina una cuota de 23.000 tn anuales de la que nuestro país solo utiliza el 20 por ciento. Pese a la excelente calidad de la producción y a ventajas como que Argentina ha sido declarada libre del Mal de la Vaca Loca y a que Patagonia se encuentra libre de Aftosa.

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