LA ALTA EDAD MEDIA

Durante la decadencia del Imperio Romano, un nuevo pueblo penetró en Europa: los Germanos.

Aunque el cambio fue gradual, los historiadores concuerdan en señalar que la Edad Media comenzó en el año 476, cuando el bárbaro Odoacro depuso al emperador Romulo Augústulo y puso fin al imperio Romano Occidental.

El primer reino poderoso en surgir luego de la caída de Roma fue el de los Francos. Desde el año 714 hasta el 814, una gran parte de Europa gozó de cierta seguridad militar y política. Sin embargo, esto no duraría.

Hacia el año 511, Clovis había logrado unificar a los francos en un solo reino y en el 496 se convirtió al cristianismo. Esto llevó a una alianza entre los francos y el Papa y le trajo el respaldo de la población cristiana de la Galia.

Los hijos y nietos de Clovis extendieron el reino hacia el Mediterráneo y Germania, pero pronto comenzó a decaer. La costumbre franca de repartir la herencia entre los hijos resultó en constantes guerras civiles. Pronto el estado franco se separó en tres, cada uno bajo el control de un mayordomo de palacio.

Coincidiendo con la decadencia merovingia, una nueva tribu llegó desde Rusia: los pueblos eslavos. Mientras, desde el sur, los musulmanes se preparaban para invadir España.

Los francos revivieron cuando Carlos Martel se hizo cargo del gobierno en 714. Pero, aunque éste gobernaba un reino unificado de los francos, no era rey. En el 732 Carlos “martillo” derrotó a los musulmanes en Tours y frenó su avance en Europa.

Una reforma militar ayudó a los francos, especialmente en el campo de la caballería. Se introdujeron los estribos y se creó un cuerpo profesional a quienes Carlos premió con tierras, equipo y caballos.

El hijo de Carlos, Pipino “el breve”, recibió del Papa el beneplácito para convertirse en rey de los francos como “Elegido del Señor”. Es que la iglesia necesitaba un protector, ya que los Lombardos habían conquistado Ravena y amenazaban Roma.

En el 756 los francos derrotaron a los lombardos y devolvieron Ravena al Papa. Esto, que se conoce como “la donación de Pipino”, convirtió al Papa en un gobernante temporal al crearse los Estados Pontificios.


Bajo el reinado del hijo de Pipino, Carlomagno, los francos alcanzaron la cima de su poder. En la navidad del año 800, Carlomagno acudió a Roma para restaurar al Papa en el trono, quien había sido acusado de corrupción. En respuesta, el Papa lo coronó “grande y pacífico emperador de los romanos”.



Comentarios

Entradas populares